Monday, January 12, 2009

La partera



La primera vez que tuve un arma

en la mano

sentí el peso

de una extrañeza



era un trozo puro

de artificio



del hierro

una entraña



el lacio exterior del interior

dispuesto

un equilibrio imposible

logrado

entre témpanos y hogueras



frío



fuego.



El cuchillo es exactamente lo opuesto

a un nido

y la piedra busca su centro imposible

el cuchillo es siempre una desnudez

una lengua excesiva en el filo

y en la punta



la piedra, en cambio, es obscena por su peso



pero un arma de fuego

es como un cuerpo:

pequeños órganos

muelles

móviles

dispuestos en torno a un punto



de mira:

una semilla

de metal

en gestación, inmóvil

dentro de un metal mayor, más duro



como un útero

con su fruto.



Alguien sostiene y jala. Y el acto

en todo se parece a un nacimiento.



Y no lo es.



Rafael Courtoisie