Monday, August 10, 2009

Dos poemas de Joaquín Vásquez Aguilar

SER ( I )


en todas partes

los papeles en blanco

los ojos en blanco


lo blanco


y en lo oscuro de mí

tu evocación

tu sensación

tu advenimiento siempre



SER ( II )


asciende hasta la punta de tu dedo

juzga tu emanación de pájaros

apresura tu ciencia que atrás viene el tumulto

y luego muere o vuela si te place


habrá llegado la hora de tu son


JOAQUÍN VÁSQUEZ AGUILAR

Sunday, August 9, 2009

Escribo...



escribo

luego de mi decisión de estar de pie

de darle vuelta al viento

y pararme enfrente del camino al que he desembocado


he aquí que la luz pese a que no me asombra

huele


con un olor a libro en blanco

sobre el que escribiré


hasta el sudor

hasta la risa

hasta el odio


JOAQUÍN VÁSQUEZ AGUILAR

Saturday, July 18, 2009

Tuesday, April 7, 2009

QUIÉN DE TODOS EN MÍ



¿Quién de todos en mí es el que tanto

teme a la muerte?

Unos lucharán valerosamente contra ella

Otros no le harán ningún asco, rindiéndose como gallinas

Habrá traidores que le iluminarán el camino

como si tuviera necesidad de luz

hasta el corazón tan negro como ella de la ciudad


Estará Hamlet que se sube a la cabeza

con mi cráneo de pobre Yorick en su mano enguantada

recitando las tonterías de siempre

De estos movimientos contradictorios puede esperarse la tempestad, y también, la calma

que mutuamente se anuncian

Pero esta rama seca que invade el bosque

esta réplica de la muerte hecha de palo

Supongámoslo un ciudadano de tercera llamado ego

tan diferente de lo que mejor conoce

pues la muerte es justamente el protoplasma de este hijo sin madre

nacido de mi muslo

Esta mierda que nunca pude excretar

aferrado a mí como el nódulo al pulmón

cancerosamente diestro en la toma del poder

un charlatán que sólo puede hablar de lo que existe en lo que habla

y contaminarlo todo de irrealidad

piedra angular de la pesadilla y del sueño

de las fantasías que enferman y de las ilusiones que matan

es él quien pone ante la pelada el grito en el cielo

—raso de la ciudad

y el temblor en todos nosotros, los encerrados a morir


Enrique Lihn

Sunday, March 8, 2009

Altazor (Canto II)




Mujer el mundo está amueblado por tus ojos

Se hace más alto el cielo en tu presencia

La tierra se prolonga de rosa en rosa

Y el aire se prolonga de paloma en paloma

Al irte dejas una estrella en tu sitio

Dejas caer tus luces como el barco que pasa

Mientras te sigue mi canto embrujado

Como una serpiente fiel y melancólica

y tú vuelves la cabeza detrás de algún astro

¿Qué combate se libra en el espacio?

Esas lanzas de luz entre planetas

reflejo de armaduras despiadadas

¿Qué estrella sanguinaria no quiere ceder el paso?

En dónde estás triste noctámbula

Dadora de infinito

Que pasea en el bosque de los sueños

Heme aquí perdido entre mares desiertos

Solo como la pluma que se cae de un pájaro en la noche

Heme aquí en una torre de frío

Abrigado del recuerdo de tus labios marítimos

Del recuerdo de tus complacencias y de tu cabellera

Luminosa y desatada como los ríos de montaña

¿Irías a ser ciega que Dios te dio esas manos?

Te pregunto otra vez

El arco de tus cejas tendido para las armas de los ojos

En la ofensiva alada vencedora segura con orgullos de flor

Te hablan por mí las piedras aporreadas

Te hablan por mí las olas de pájaros sin cielo

Te habla por mí el color de los paisajes sin viento

Te habla por mí el rebaño de ovejas taciturnas

Dormido en tu memoria

Te habla por mí el arroyo descubierto

La hierba sobreviviente atada a la aventura

Aventura de luz y sangre de horizonte

Sin más abrigo que una flor que se apaga

Si hay un poco de viento

Las llanuras se pierden bajo tu gracia frágil

Se pierde el mundo bajo tu andar visible

Pues todo es artificio cuando tú te presentas

Con tu luz peligrosa

Inocente armonía sin fatiga ni olvido

Elemento de lágrima que rueda hacia adentro

Construido de miedo altivo y de silencio

Haces dudar al tiempo

Y al cielo con instintos de infinito

Lejos de ti todo es mortal

Lanzas la agonía por la tierra humillada de noches

Sólo lo que piensa en ti tiene sabor a eternidad

He aquí tu estrella que pasa

Con tu respiración de fatigas lejanas

Con tus gestos y tu modo de andar

Con el espacio magnetizado que te saluda

Que nos separa con leguas de noche

Sin embargo te advierto que estamos cosidos

A la misma estrella

Estamos cosidos por la misma música tendida

De uno a otro

Por la misma sombra gigante agitada como árbol

Seamos ese pedazo de cielo

Ese trozo en que pasa la aventura misteriosa

La aventura del planeta que estalla en pétalos de sueño

En vano tratarías de evadirte de mi voz

Y de saltar los muros de mis alabanzas

Estamos cosidos por la misma estrella

Estás atada al ruiseñor de las lunas

Que tiene un ritual sagrado en la garganta.

Qué me importan los signos de la noche

Y la raíz y el eco funerario que tengan en mi pecho

Qué me importa el enigma luminoso

Los emblemas que alumbran el azar

Y esas islas que viajan por el caos sin destino a mis ojos

Qué me importa ese miedo de flor en el vacío

Qué me importa el nombre de la nada

El nombre del desierto infinito

O de la voluntad o del azar que representan

Y si en ese desierto cada estrella es un deseo de oasis

O banderas de presagio y de muerte

Tengo una atmósfera propia en tu aliento

La fabulosa seguridad de tu mirada con sus constelaciones íntimas

Con su propio lenguaje de semilla

Tu frente luminosa como un anillo de Dios

Más firme que todo en la flora del cielo

Sin torbellinos de universo que se encabrita

Como un caballo a causa de su sombra en el aire

Te pregunto otra vez

¿Irías a ser muda que Dios te dio esos ojos?

Tengo esa voz tuya para toda defensa

Esa voz que sale de ti en latidos de corazón

Esa voz en que cae la eternidad

Y se rompe en pedazos de esferas fosforescentes

¿Qué sería la vida si no hubieras nacido?

Un cometa sin manto muriéndose de frío

Te hallé como una lágrima en un libro olvidado

Con tu nombre sensible desde antes en mi pecho

Tu nombre hecho del ruido de palomas que se vuelan

Traes en ti el recuerdo de otras vidas más altas

De un Dios encontrado en alguna parte

Y al fondo de ti misma recuerdas que eras tú

El pájaro de antaño en la clave del poeta

Sueño en un sueño sumergido

La cabellera que se ata hace el día

La cabellera al desatarse hace la noche

La vida se contempla en el olvido

Sólo viven tus ojos en el mundo

El único sistema planetario sin fatiga

Serena piel anclada en las alturas

Ajena a toda red y estratagema

En su fuerza de luz ensimismada

Detrás de ti la vida siente miedo

Porque eres la profundidad de toda cosa

El mundo deviene majestuoso cuando pasas

Se oyen caer lágrimas del cielo

Y borras en el alma adormecida

La amargura de ser vivo

Se hace liviano el orbe en las espaldas

Mí alegría es oír el ruido del viento en tus cabellos

(Reconozco ese ruido desde lejos)

Cuando las barcas zozobran y el río arrastra troncos de árbol

Eres una lámpara de carne en la tormenta

Con los cabellos a todo viento

Tus cabellos donde el sol va a buscar sus mejores sueños

Mi alegría es mirarte solitaria en el diván del mundo

Como la mano de una princesa soñolienta

Con tus ojos que evocan un piano de olores

Una bebida de paroxismos

Una flor que está dejando de perfumar

Tus ojos hipnotizan la soledad

Como la rueda que sigue girando después de la catástrofe

Mi alegría es mirarte cuando escuchas

Ese rayo de luz que camina hacia el fondo del agua

Y te quedas suspensa largo rato

Tantas estrellas pasadas por el harnero del mar

Nada tiene entonces semejante emoción

Ni un mástil pidiendo viento

Ni un aeroplano ciego palpando el infinito

Ni la paloma demacrada dormida sobre un lamento

Ni el arcoiris con las alas selladas

Más bello que la parábola de un verso

La parábola tendida en puente nocturno de alma a alma

Nacida en todos los sitios donde pongo los ojos

Con la cabeza levantada

Y todo el cabello al viento

Eres más hermosa que el relincho de un potro en la montaña

Que la sirena de un barco que deja escapar toda su alma

Que un faro en la neblina buscando a quien salvar

Eres más hermosa que la golondrina atravesada por el viento

Eres el ruido del mar en verano

Eres el ruido de una calle populosa llena de admiración

Mi gloria está en tus ojos

Vestida del lujo de tus ojos y de su brillo interno

Estoy sentado en el rincón más sensible de tu mirada

Bajo el silencio estático de inmóviles pestañas

Viene saliendo un augurio del fondo de tus ojos

Y un viento de océano ondula tus pupilas

Nada se compara a esa leyenda de semillas que deja tu presencia

A esa voz que busca un astro muerto que volver a la vida

Tu voz hace un imperio en el espacio

Y esa mano que se levanta en ti como si fuera a colgar soles en el aire

Y ese mirar que escribe mundos en el infinito

Y esa cabeza que se dobla para escuchar un murmullo en la eternidad

Y ese pie que es la fiesta de los caminos encadenados

Y esos párpados donde vienen a vararse las centellas del éter

Y ese beso que hincha la proa de tus labios

Y esa sonrisa como un estandarte al frente de tu vida

Y ese secreto que dirige las mareas de tu pecho

Dormido a la sombra de tus senos

Si tú murieras

Las estrellas a pesar de su lámpara encendida

Perderían el camino

¿Qué sería del universo?


Vicente Huidobro